En el pintoresco escenario de Antequera, la Semana Santa cobra vida de una manera única y conmovedora. Este pasado fin de semana, la ciudad se vistió de solemnidad y devoción para celebrar una de sus procesiones más singulares: la de los tronos chicos.

En este evento excepcional, la tradición se combina con la frescura y la energía de los más jóvenes de la comunidad. Los tronos, no son llevados por manos adultas, sino por niños provenientes de diversos colegios de Antequera entre los que se encontraban numerosos alumnos de nuestro Centro.

Esta participación infantil no solo añade un toque de inocencia y autenticidad a la procesión, sino que también brinda a los pequeños una experiencia profundamente enriquecedora. A medida que llevan sobre sus hombros la representación simbólica de la fe y la tradición, estos niños absorben el significado histórico y religioso de la Semana Santa, aprendiendo mientras participan.

El desfile de los tronos chicos no es solo un evento religioso, es una oportunidad para que la comunidad se una en torno a sus jóvenes. Padres, maestros y vecinos se reúnen para apoyar y alentar a los niños en este acto de devoción y sacrificio, fortaleciendo así los lazos comunitarios y transmitiendo valores de solidaridad y colaboración de generación en generación.

Sin duda una experiencia de crecimiento personal, cultural y comunitario.